El ecodiseño: una necesidad compartida
El 2º Encuentro Intersectorial de Ecodiseño ofreció una mirada al pasado, presente y futuro del ecodiseño en Catalunya, y evidenció que la innovación en clave circular genera valor añadido, diferenciación y nuevas oportunidades de negocio.
«Hace unos años, hablar de ecodiseño era hablar de valor añadido en un contexto voluntario; de hacer mejor diseño: productos más duraderos, más fáciles de reparar, más fáciles de reciclar. Hoy, el contexto es otro: en la Unión Europea, el ecodiseño empieza a ser obligatorio y se convierte en un requisito para poder operar en el mercado». Así lo explicaba Jordi Oliver, director ejecutivo de inèdit, en la 2º Encuentro Intersectorial de Ecodiseño, que se celebró el 17 de junio y reunió a más de un centenar de personas.

Organizada por la Dirección General de Cambio Climático y Calidad Ambiental del Departamento de Territorio, Vivienda y Transición Ecológica de la Generalitat de Catalunya, con la colaboración de inèdit, la jornada sirvió para conmemorar los 10 años del Premio Cataluña de Ecodiseño. «Es una oportunidad para mirar atrás y reflexionar sobre cómo ha evolucionado el ecodiseño en Cataluña», afirmó Maria José Sarrias, jefa de Servicio, en el discurso de apertura. También, para mirar hacia el futuro y apuntar los retos actuales.
El contexto normativo del ecodiseño

Uno de estos retos es el tsunami normativo. Por eso la primera ponencia fue la de Aloia López Ferro, abogada del despacho especializado en derecho ambiental Terraqui, que explicó cuál es el contexto normativo en materia de ecodiseño. La abogada habló del nuevo marco estratégico de la UE, marcado por la Brújula de la Competitividad, que orientará las políticas europeas en los próximos años y que «señala el Reglamento de Ecodiseño como una normativa clave», si bien hay que tener en cuenta que «es una normativa marco que necesita desarrollo».
Habrá que esperar a los actos delegados de cada producto para entender el nivel de ambición y cuán exigentes serán los requisitos que establecerá el Reglamento de ecodiseño.
Los requisitos de ecodiseño que marca el Reglamento, y que serán aplicables a cada producto, se concretarán en los actos delegados. Así pues, «para entender el nivel de ambición y cuán exigentes serán los requisitos que se establecerán, habrá que esperar a los actos delegados de cada producto en concreto», afirmó la experta de Terraqui.
¿Qué es el ecodiseño?

Júlia Farriol, responsable de proyectos de inèdit, ofreció a continuación una ponencia introductoria sobre el ecodiseño, en la que compartió su definición, resaltó por qué es necesario —es en la fase de diseño donde se toman decisiones que condicionan hasta el 80 % del impacto ambiental—, y dio a conocer casos de éxito de diseño de productos para la reutilización, como el de Iberital, nanimarquina o Absotec.
Diez años de ecodiseño en Catalunya

Esta introducción dio paso a una mesa redonda, también moderada por Farriol, para reflexionar sobre la evolución del ecodiseño en el 10º aniversario del Premio Cataluña de Ecodiseño, con las intervenciones de Ana Rodríguez, de Simon; Christian Cazorla, de Breinco; Jaume Simonet, de Girbau, y Pilar Chiva, de la Agencia de Residuos de Catalunya.
Simon, Breinco y Girbau son tres empresas que han sido reconocidas a lo largo de la historia del Premio Cataluña de Ecodiseño: Simon, en 2015 por Cool Downlight, una gama de luminarias LED de alto rendimiento y confort visual, diseñadas con criterios de economía circular como el alargamiento de la vida útil y la preparación para el desmontaje; Breinco, en 2021 por la Llosa Filtra, un pavimento modular de hormigón con árido reciclado, altamente permeable, que mejora la gestión del agua y aumenta el confort urbano, y que es duradero, reutilizable y reciclable; y Girbau recibió una mención también en 2021 por la serie de lavadoras Genius, que reducen el consumo de agua y energía, incorporan filtros de microplásticos y sistemas de recuperación de agua, y permiten la monitorización remota para favorecer nuevos modelos de negocio basados en la servitización.
Uno de los temas tratados en la mesa redonda fueron las barreras para la introducción de productos ecodiseñados. Una de estas barreras es el sobrecoste. «Debemos encontrar la manera de reducir el precio de los productos ecodiseñados para que lleguen al mayor número de personas posible», según Rodríguez, de Simon. En el caso de Girbau, no han observado que ecodiseñar sea más costoso; al contrario, según Simonet, «lo que vemos es que alargar el ciclo de vida resulta muy rentable». La representante de Simon también mencionó barreras técnicas como los materiales; en este sentido, Chiva admitió que, actualmente, «no tenemos procesos suficientemente robustos y fiables para aportar determinados materiales de origen reciclado».
Las empresas perciben un aumento del interés por los productos ecodiseñados: en Simon, los clientes les piden cada vez más información sobre la sostenibilidad de sus productos; en Girbau, sobre la servitización.
En todos los casos, sí se ha detectado un aumento del interés por los productos ecodiseñados. En Simon, la mayoría de los clientes son otras empresas, y afirman que cada vez les piden más información sobre la sostenibilidad de sus productos, porque «la sostenibilidad se ha convertido en un criterio de compra»; en Girbau, cada vez les preguntan más por la servitización, y ya «no solo por la presión legal, sino por el valor que los clientes perciben de aplicar criterios de ecodiseño».
Otro de los escollos de los que se habló durante la conversación fue la comunicación de la información ambiental. Un ejemplo de ello es la complejidad de elaborar Declaraciones Ambientales de Producto. «Tardamos alrededor de un año en preparar toda la información necesaria», explicó Cazorla. No obstante, el esfuerzo ha valido la pena: «Para nosotros, es un distintivo de calidad y un ejercicio de transparencia, que nos da pie a hablar y comunicarlo», añadió.
En la conversación también se puso sobre la mesa la información al consumidor y el riesgo de caer en el greenwashing. Tanto Rodríguez como Chiva alertaron de la necesidad de homogeneizar la información que se proporciona al consumidor, ya que actualmente es poco clara y puede generar confusión. Para la responsable de la ARC, el papel de la administración pública en este punto es «fundamental», porque tiene «la responsabilidad de marcar al mercado cómo deben hacerse las cosas».
Casos inspiradores de aplicación del ecodiseño

La segunda parte de la Jornada fue una conversación moderada por Jordi Oliver, en la que se presentaron los casos de éxito de Arpe, de la mano de Joan Pera; Coleo, con Montse Planas; Khama, con Mario Sánchez, y POTS, con Marta Sainz.
Arpe, empresa textil, dio a conocer el proyecto Scarabat, que impulsa junto con Girbau LAB. Se trata de un proyecto de economía circular que busca aprovechar los microresiduos del lavado de ropa industrial para crear nuevas fibras. Tal como explicó Joan Pera, «el ecodiseño forma parte de la conciencia de Arpe: no entendemos otra manera de hacer las cosas que no sea alineando nuestros objetivos económicos con la mejora social y la sostenibilidad ambiental».
El segundo proyecto presentado fue el de Coleo, que gestiona residuos textiles y produce fibras y tejidos a partir del reciclaje de ropa; también diseña y crea colecciones para otras marcas. Coleo participó en un proyecto para crear un Pasaporte Digital del Producto, una herramienta que Montse Planas valora muy positivamente: «Cuanta más información tengamos, tanto el consumidor como la marca podrán tomar decisiones más coherentes y responsables».
Montse Planas, CEO de Coleo: «Cuanta más información tengamos, tanto el consumidor como la marca podrán tomar decisiones más coherentes y responsables»
El proyecto Khama Hotel aporta soluciones circulares al sector de los colchones, uno de los productos prioritarios dentro del nuevo Reglamento de Ecodiseño. Son colchones modulares cuya espuma puede compactarse y enrollarse para facilitar el transporte, y cuyas partes en contacto con el usuario pueden sustituirse fácilmente. De esta forma, permite al sector hotelero responder de forma ágil y económica ante manchas, desgaste o roturas, y la vida útil del colchón, que suele ser de unos diez años, se alarga hasta veinte. Por ahora, aún no han servitizado este producto, «pero tarde o temprano llegará, porque, por diseño, se presta a este tipo de estrategia», comentó Mario Sánchez, director del proyecto.
El último caso de éxito fue el de POTS, un sistema de gestión de envases reutilizables que recoge los envases usados, los higieniza y los devuelve al envasador para darles una nueva vida, una muestra de que existen alternativas reales a los envases de un solo uso. Lo presentó Marta Sainz, fundadora y CEO. «Las botellas están ahí; el problema es la logística inversa», dijo. «Y en POTS intentamos solucionarlo de distintas maneras». Cuentan con una planta de lavado en Sant Andreu de la Barca (Barcelona), con capacidad para lavar 3.000 botellas de vidrio por hora, y en varios formatos. Por ahora, trabajan solo con vidrio, pero les gustaría abrirse al plástico. Uno de los grandes retos a los que se enfrentan es el etiquetado, que en muchos casos permanece intacto después del lavado. Para que un sistema de depósito y retorno (SDDR) sea viable, hacen falta, según Sainz, «volumen, legislación y la implicación de la ciudadanía».
Una necesidad compartida
El Encuentro sirvió para poner de manifiesto que «la transformación hacia modelos de negocio más sostenibles, resilientes y colaborativos no es una opción, sino una necesidad compartida», en palabras de Sonsoles Letang, directora general de Cambio Climático y Calidad Ambiental de la Generalitat de Cataluña, encargada de clausurar el acto. En este escenario, «el ecodiseño debe seguir desempeñando un papel central». Para que esto sea posible de forma real y transversal, «es necesaria una transformación profunda en la manera en que trabajamos; hay que desarrollar nuevas competencias, sumar miradas diversas y fomentar equipos multidisciplinares preparados para afrontar los retos ambientales desde el diseño y la innovación», concluyó.