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Los envases de plástico de bebidas deberán ser retornables antes de finales de 2026

España incumple con el objetivo de reciclaje de las botellas de plástico PET/rPET de bebidas y se ve obligada a implementar un Sistema de Depósito, Devolución y Retorno (SDDR) en todo el territorio antes de finales de 2026. El Ministerio para la Transición Ecológica ha publicado recientemente un informe que revela que, de las 214.039 toneladas de botellas de plástico de bebidas que se lanzaron al mercado en 2023, solo se recuperaron 88.499 toneladas o, lo que es lo mismo, el 41,3%. La Ley 7/2022 de Residuos y Suelos Contaminados para una Economía Circular establece el objetivo del 70% y determina que, en caso de no cumplirse, debe implementarse un SDDR en un plazo de dos años. Este sistema, presente en varios países europeos, alcanza tasas de recuperación cercanas al 90%.

Para Sofía Garín Martínez, responsable de proyectos de inèdit, está claro que «la presión legislativa europea impulsará la reutilización, pero también lo harán los problemas de acceso a la materia prima». En este sentido, la experta de inèdit señala que, actualmente, la UE obliga a incluir un determinado porcentaje de material reciclado en los envases. Además, indica que «el hecho de que el PET sea el único material reciclado posconsumo que puede estar en contacto con alimentos en España, según la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), tensiona el mercado porque eleva los precios del rPET. Por lo tanto, si no se recupera de forma eficaz, ¿cómo podremos alcanzar la sostenibilidad económica en el mercado?».

El funcionamiento del SDDR es el siguiente: el consumidor deja un depósito en forma de dinero cuando adquiere, por ejemplo, una botella de refresco; al devolver el envase vacío a un comercio, recupera el depósito. Implementar un SDDR implica realizar inversiones significativas en instalaciones de lavado, botellas reutilizables y estructuras logísticas, pero a largo plazo supone ahorros en la gestión de residuos y la mejora de la calidad del material reciclado. «El reto es conseguir un sistema rentable y sostenible, y muy a menudo la clave está en la logística inversa y los sistemas de distribución», comenta Garín.

La clave para que los SDDR sean rentables y sostenibles pasa muy a menudo por la logística inversa y los sistemas de distribución, según Sofía Garín Martínez, de inèdit

Además de los ahorros operativos, los SDDR comportan ahorros ambientales, sobre todo si se implementan a gran escala. Según la Fundación Ellen McArthur, pueden suponer un ahorro de hasta el 69% en las emisiones de gases de efecto invernadero y de hasta el 76% en agua y materiales. En Cataluña, el proyecto piloto reWINE, en el que participó inèdit, concluyó que la reutilización de botellas en el sector vitivinícola catalán podría reducir un 28% la huella de carbono del sector.

En inèdit llevamos años trabajando para la transición hacia la reutilización de envases con diversas empresas, como Ametller Origen, Mahou o Bodegas Torres.