La industria textil es un 0,3% circular, según el ‘Circularity Gap Report Textiles’
El sector consume 3,25 mil millones de toneladas de recursos cada año, de los cuales el 99% son vírgenes, y el 30% de la ropa que se produce no se vende. Estas son cifras del informe de Circle Economy y la Fundación H&M, que apunta que adoptar los principios de la economía circular podría reducir la huella ambiental del textil en un 50%.
La cantidad de materiales de origen reciclado que utiliza la industria textil global es de solo un 0,3%, principalmente procedentes de botellas de plástico, y el reciclaje textil-textil es casi inexistente. Esta industria, que incluye tanto ropa y calzado como tejidos para el hogar, consume 3,25 mil millones de toneladas de recursos al año, de los cuales el 99% son vírgenes; las fibras sintéticas derivadas del petróleo, como el poliéster, representan el 63% de los materiales que utilizamos. El principal problema de la industria textil es la sobreproducción de prendas baratas, de baja calidad y principalmente hechas de fibras sintéticas: las marcas de consumo masivo lanzan cada año al mercado hasta 24 colecciones, y del total de ropa producida, el 30% no se llega a vender. Estos son los principales resultados del Circularity Gap Report Textiles, publicado por Circle Economy y la Fundación H&M.
La industria textil es muy intensiva en el uso de recursos, y su producción se basa en fibras naturales procedentes de la agricultura y fibras sintéticas derivadas del petróleo. Producir estas fibras requiere grandes cantidades de agua, tierra y energía. Según el informe, el sector textil contribuye en un 3,5% a las emisiones globales de gases de efecto invernadero (GEI), en un 5% a la sobrecarga de nutrientes que desequilibra los ecosistemas acuáticos, y en un 3,5% a la escasez de agua.
En estos impactos ambientales, hay dos países con un papel más relevante: China, que es el principal productor textil del mundo y utiliza el 40% de los materiales que se emplean a nivel global, y Estados Unidos, que es el mayor consumidor. En Europa, cada año, el ciudadano medio consume 26 kg de textiles y genera 12 kg de residuos textiles.
La producción textil da empleo a 140 millones de personas, de las cuales casi la mitad no tienen contrato; esta cifra alcanza cerca del 90% en los países en vías de desarrollo. En general, trabajan en condiciones muy precarias.
¿Puede el textil ser más circular?
La industria textil enfrenta retos como la degradación de los tejidos tras el reciclaje y dilemas como que las fibras mixtas son más duraderas pero menos reciclables que las monomateriales. Según el informe, «es mejor centrarse en reducir el consumo de materiales y los impactos ambientales asociados». Adoptar los principios de la economía circular podría reducir la huella ambiental del textil en un 50%.
Las recomendaciones del Circulatity Gap Textiles Report son:
- – Uso de fibras naturales, locales y recicladas: Las fibras sintéticas provienen principalmente de combustibles fósiles, que contribuyen al cambio climático. Fomentar el uso de fibras naturales como algodón, lino, seda o lana podría reducir las emisiones, aunque también puede tener impactos en el suelo y el agua. Mejorar el reciclaje textil es clave: actualmente, el algodón reciclado representa solo el 1% del mercado de fibras vegetales.
- – Prendas más duraderas: Aunque las fibras sintéticas tienen mala reputación, si se diseñan bien, pueden hacer que la ropa sea más duradera.
- – Producción sostenible de fibras naturales: Transitar hacia prácticas agrícolas más sostenibles es esencial para reducir los impactos ambientales. Por ejemplo, el algodón orgánico puede reducir las emisiones hasta un 46%, y el cáñamo necesita un 50% menos de agua y pesticidas que el algodón.
- – Adopción de la moda lenta: Se prevé que el consumo de textiles y calzado aumente un 63% para 2030, pero esta tendencia podría revertirse adoptando un modelo basado en menos colecciones anuales y en la reutilización, reparación, donaciones o prácticas de «hazlo tú mismo».
- – Fabricación más circular: Los métodos tradicionales de fabricación textil generan muchas pérdidas de material debido a errores en el corte y diseño. Tecnologías como el corte láser o asistido por ordenador pueden reducir el desperdicio.
- – Cambio en la cadena de suministro: Mover parte de la producción textil de Asia a América del Norte o Europa puede reducir las emisiones gracias a normativas ambientales más estrictas y menores distancias de transporte.
¿Qué ocurre con los residuos textiles?
El 61% de los residuos textiles acaba en vertederos o incinerado. Las fibras sintéticas no se descomponen fácilmente y liberan gases de efecto invernadero y químicos peligrosos. La incineración es una vía cada vez más popular para generar energía a partir de los residuos textiles; con la incineración, sin embargo, se emiten gases de efecto invernadero y se destruyen materiales valiosos.
Aproximadamente el 8% de los textiles que se desechan se reutilizan o se exportan; en los últimos treinta años, el comercio de ropa de segunda mano se ha multiplicado por siete. Aunque estas prácticas crean empleos, se trata de trabajos normalmente no regulados y precarios, según señala el informe.
En Cataluña, solo el 10% de los residuos textiles se recogen en contenedores específicos; el 90% restante acaba en vertederos o incineradoras, según una investigación en la que participó la investigadora Laura Talens, socia de inèdit. Del 80% de la ropa que se recoge, se recicla o reutiliza mediante ventas de segunda mano, mercadillos o en otras industrias.