Un «grupo de apoyo» de empresas para compartir experiencias y aprendizajes sobre descarbonización
Una treintena de responsables de sostenibilidad y directores generales de catorce empresas comparten retos en el proceso de descarbonización, como la tracción de los proveedores, la flota corporativa y la movilidad de los trabajadores, la logística y el transporte de productos y clientes, y la incidencia en el comportamiento y la mentalidad de los consumidores, en una jornada organizada por Wallapop e inèdit.
Ya hemos calculado nuestra huella. ¿Y ahora qué? ¿Qué equipos debemos involucrar? ¿Cómo colaboramos con nuestra cadena de valor? En una conversación con inèdit, el Sustainability Lead de Wallapop, Pol Fàbrega, comentó que le gustaría «hablar con gente que esté en el mismo barco, me da igual en qué estadio se encuentren y a qué sector pertenezcan, para compartir experiencias y aprendizajes». Con el objetivo de generar este espacio, este tipo de «grupo de apoyo», en palabras también de Fàbrega, Wallapop e inèdit organizaron una jornada el 26 de junio en el Disseny Hub de Barcelona que reunió a una treintena de representantes de los equipos de sostenibilidad de empresas de diversos sectores —Ametller Origen, EPI Industries, Holaluz, Puig, Mediapro, La Ballena Alegre, Liquats Vegetals, Danone, Areas, Relats, Mútua de Terrassa, Girbau, Wallapop y Equivalenza— para compartir dudas, inquietudes y soluciones en torno al camino hacia la descarbonización.
«Sentíamos la necesidad compartida de hablar», dijo Jordi Oliver, director ejecutivo de inèdit, en el discurso de bienvenida. Oliver también destacó el rasgo diferencial de las empresas asistentes al encuentro, empresas que han apostado por la descarbonización como una decisión voluntaria —si bien ya les recordó que, con la nueva normativa, se convertirá en una obligación—, y a las que la mayoría une un hilo conductor: «La voluntad de reducir las emisiones directas e indirectas asociadas a vuestras actividades empresariales».
Tras la ronda de presentaciones, en la que cada empresa explicó el estadio en el que se encuentran y los cálculos de la huella de carbono, y apuntaron los grandes retos a los que se enfrentan, se celebró una dinámica de trabajo en la que se discutieron los retos aguas arriba, en el núcleo de la actividad, y aguas abajo, y que dinamizaron, respectivamente, Marcel Mesado, Júlia Gassol y Pau Campos, responsables de proyectos del área de Métricas Circulares de inèdit.
Los retos aguas arriba
La principal dificultad que se puso sobre la mesa fue la de traccionar a los proveedores, porque intervienen situaciones como que, cuando son muy grandes, «no tenemos capacidad de tracción y no conocemos sus avances en descarbonización y reducción de su huella con datos fiables», y cuando son pequeños, no tienen capacidad para calcularlas. A esto hay que añadir, por un lado, que se desconoce si los cálculos son fiables o no, y, por otro, el reto de involucrar a toda la organización a la hora de traccionar a los proveedores, porque «no siempre los objetivos de los departamentos de compras se alinean con los de sostenibilidad».
Sobre este punto, el director de Desarrollo de Negocio de inèdit, Carles Gasol, alertó de la necesidad urgente de una base de datos de factores de impacto a nivel estatal ante el tsunami legislativo en materia de sostenibilidad.
Los retos en el núcleo de la actividad
El debate giró en torno a las instalaciones energéticas y el transporte. «Tanto en el pasado como en el presente, las empresas han trabajado mucho en el cambio de instalaciones —por ejemplo, el cambio de gas natural por calderas de biomasa—, y el reto actual son las instalaciones solares». En cuanto a la movilidad de los trabajadores, son muchas las empresas que estudian cómo se desplazan los trabajadores y buscan cómo incentivar cambios hacia modelos más sostenibles, como por ejemplo con el carsharing o las ayudas para financiar vehículos híbridos y eléctricos, así como el fomento del teletrabajo. En cuanto a los desplazamientos, uno de los retos siguen siendo los viajes de negocio, porque no suele haber políticas estándar en este ámbito.
Otros aspectos que también habrá que seguir trabajando son los desplazamientos tanto de los equipos como la logística, «unos de los temas más complejos», y que «hay que buscar fórmulas imaginativas para conectar a la gente de forma más cercana y ágil y buscar algún cambio en las relaciones que se generan con nuestros clientes».
Como reflexiones de cierre en este punto, el director de Desarrollo de Negocio de inèdit apuntó que «alargar la vida útil de los productos o amortizar mucho más los usos de los materiales serán clave para descarbonizar las empresas europeas». Gasol comentó que, «después de años de trabajar la eficiencia energética, nos hemos dado cuenta de que para descarbonizar nuestras economías e incrementar nuestra resiliencia, los materiales también son valiosos y hay que hacerlos perdurar en nuestras economías».
Los retos aguas abajo
En este bloque, se puso de manifiesto que muchas empresas trabajan en el ámbito de la logística y el transporte de productos para optimizar las rutas y hacerlas lo más eficientes posible. También se mencionó la introducción de modelos de envases retornables, en los que el comportamiento de los clientes —si devuelven o no las botellas, por ejemplo— es una de las principales limitaciones. En este sentido, se insistió en que, aguas abajo, incidir en el comportamiento y la mentalidad de los clientes es clave. Esto pasa por comunicar cuáles son los valores de la empresa, qué clientes queremos atraer y comunicar qué estamos haciendo para que la gente sea consciente.
Sobre esto último, Gasol reflexionó: «Hace tiempo, cuando escuchábamos a alguien en una conferencia decir que hay que concienciar a la ciudadanía, esto nos generaba un escalofrío. ¿Y las empresas qué? Con el tiempo, sin embargo, hemos visto que la inercia del consumo fácil es muy fuerte. ¿Cómo la rompemos? Por ahora, solo se imputan obligaciones a las empresas, y no al consumidor final.»