Se aprueba la hoja de ruta de la economía circular en Catalunya, ¿y ahora qué?
Inèdit ha formado parte del equipo redactor del documento, que tiene como objetivo acelerar la transición del país hacia una economía más circular y justa. Para el director ejecutivo de Inèdit, Jordi Oliver, el siguiente paso «corresponde a los agentes privados, que deberán construir sus estrategias y alinearse con los objetivos del país» y es en este paso donde las asociaciones empresariales y los clústers «deben tener un papel fundamental para impulsar y acompañar en la transformación de cómo producimos y consumimos».
El Gobierno de la Generalitat de Catalunya aprobó este mes de enero la Hoja de ruta de la economía circular en Catalunya (FRECC) 2030, que tiene como objetivo acelerar la transición del país hacia una economía más circular y justa que maximice el valor de los recursos y actúe como palanca hacia esta transformación en un marco de colaboraciones entre actores clave. Para hacerlo, define la misión, la visión, los objetivos estratégicos y los objetivos operativos hacia una Catalunya más circular en un horizonte temporal que abarca hasta el 2030. Estos objetivos son desvincular el desarrollo económico del consumo de recursos y la generación de emisiones; acelerar la transformación social, cultural y laboral hacia la circularidad; asegurar la transición efectiva hacia un tejido industrial y empresarial circular y digitalizado, y facilitar la creación de un marco favorable para la economía circular. inèdit ha sido el equipo redactor, junto con la Agencia de Residuos de Cataluña (ARC) y diversas direcciones generales del Departamento de Acción Climática, Alimentación y Agenda Rural (DACC).
En un contexto global en el que algunos recursos materiales serán cada vez más escasos y estratégicos para mantener la actividad económica de muchos sectores, «es recomendable que los países y los gobiernos se doten de una estrategia de circularidad», opina Jordi Oliver, director ejecutivo de inèdit. Una vez definido el plan de ruta, las prioridades y las acciones, el siguiente paso, según Oliver, «corresponde a los agentes privados, que deberán construir sus estrategias y alinearse con los objetivos del país, por lo que las asociaciones empresariales y los clústers tendrán un papel fundamental como acompañantes de esta transformación y como facilitadores de la cooperación entre los agentes».
La hoja ruta se desarrollará mediante dos planes de acción, uno para el 2024-2026 y otro para el 2027-2029. Por ahora, el Gobierno ha aprobado el primero de los planes, que se materializará en quince líneas de actuación y ochenta acciones que contribuirán a alcanzar los objetivos estratégicos y operativos definidos en el documento.