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Solo en los últimos seis años hemos consumido el 28% de los materiales consumidos desde 1900

La economía circular es más popular que nunca —los debates, las conversaciones y los artículos que la mencionan se han triplicado en los últimos cinco años—, pero, paradójicamente, la circularidad global va para caída. Desde 1900 se han consumido un poco más de 2.000 gigatoneladas de materiales, 500 de las cuales en los últimos años; esto equivale al 28% de todos los materiales consumidos desde principios del siglo XX. Además, la gran mayoría de los materiales que se utilizan son vírgenes. Estas son algunas de las conclusiones del Circularity Gap Report 2024, un informe anual que evalúa la circularidad global e identifica las palancas clave para acelerar la economía circular en los ámbitos de las políticas, las finanzas y el trabajo. Lo publica la Circle Economy Foundation con la colaboración de Deloitte, y se presentó el 24 de enero.

Estas conclusiones reflejan, según el informe, «la fría y dura realidad: aunque la economía circular ha alcanzado el estatus de megatendencia, los discursos y los objetivos idealistas no se han traducido, por ahora, en acciones con impactos medibles». Por ello, advierte que es necesario emprender acciones urgentes hacia la economía circular si no queremos fracasar al alcanzar objetivos sociales y ambientales, desde la reducción de las emisiones hasta el aumento en el uso de materiales secundarios.

Para los autores, para llevar la teoría a la práctica y escalar una economía que satisfaga las necesidades de las personas dentro de los límites del planeta, es necesario, por un lado, «desmantelar procesos nocivos y muy arraigados», y alinear elementos como las políticas y un marco legal que incentiven las prácticas sostenibles y circulares y penalicen las que no lo sean. Por otro lado, ajustar las políticas fiscales y favorecer inversiones públicas para que las soluciones circulares sustituyan a las lineales. Finalmente, proporcionar los recursos para que las personas tengan conocimientos que respondan a la demanda de empleos circulares, desde técnicos en energías renovables hasta especialistas en reparaciones.

Propuestas en función de la riqueza del país

Nunca hasta ahora ha sido tan necesaria la economía circular. Mientras que el consumo de materiales ha sido fundamental para incrementar el nivel de vida en el último siglo, el informe señala que hemos alcanzado un punto inédito en la historia en el que «el consumo continuo y acelerado de estos materiales en países ricos ya no garantiza una mejora en el bienestar de las personas». Por ello, el Circularity Gap Report 2024 concluye que, para alcanzar un bienestar global dentro de los límites planetarios, es necesario priorizar un desarrollo basado en la economía circular en los países con pocos recursos, promover los procesos industriales en los países de ingresos medios y cambiar los patrones de consumo en los países ricos.

En concreto, los países ricos, aunque albergan el 17% de la población global, consumen una cuarta parte de todos los materiales vírgenes y son los principales consumidores de metales y combustibles fósiles per cápita. Así, se enfrentan al reto de «reducir radicalmente su consumo de materiales y mantener su bienestar». Como propuestas para lograrlo, sugiere que centren la atención en la construcción y la manufactura. Por ejemplo, incentivando la reforma y la reutilización de edificios, así como de sus componentes y materiales; desarrollando certificaciones y garantías para materiales de construcción secundarios, estableciendo estándares para la durabilidad de los productos y fortaleciendo la normativa del derecho a la reparación.

En cuanto a los países de ingresos medios, que incluyen países como China, México, Vietnam o Egipto, el informe señala que deberían mejorar la calidad de vida de sus habitantes pero de una manera mucho más sensible a los límites planetarios, por lo que «deberían estabilizar su consumo de materiales». Propone dirigir las acciones a fomentar la agricultura y la producción circulares, y como ejemplos sugiere imponer prohibiciones y límites sobre la contaminación, que toda nueva producción incorpore una cantidad mínima de materiales reciclados, y que se destinen fondos a la agricultura regenerativa.

Finalmente, los países con ingresos bajos normalmente tienen dificultades para satisfacer necesidades básicas de salud y educación, y por ello el Circularity Gap Report 2024 establece como prioridad mejorar su calidad de vida, un hecho que implicará aumentar su consumo de materiales para satisfacer las necesidades de la población. Como propuestas, están las de priorizar el desarrollo sostenible mediante políticas circulares en los ámbitos de la construcción y la agricultura.

El informe también sugiere medidas económicas para desbloquear financiación para la construcción y la producción circulares en países ricos; en las economías emergentes, desviar las subvenciones de las prácticas contaminantes hacia la agricultura regenerativa y a una producción más limpia; y en los países con bajos ingresos destinar los fondos de desarrollo a la agricultura regenerativa y la planificación urbana inteligente.