Para que el plástico reciclado pueda pasar a formar parte de nuevos envases alimentarios, debe garantizarse que los procesos de reciclaje a aplicar son seguros y que no se transfieren a los alimentos sustancias que puedan afectar a la salud humana y a la calidad de estos. En la Unión Europea, es requisito indispensable cumplir con el Reglamento (UE) 2022/1616 de la Comisión, de 15 de septiembre de 2022, relativo a los materiales y objetos de plástico destinados a entrar en contacto con alimentos para que las materias primas secundarias plásticas puedan integrarse en la economía y pasar a formar parte de materiales y objetos que vayan a estar en contacto con alimentos, como envases. En un artículo publicado en el número de marzo/abril de RETEMA. Revista Técnica de Medio Ambiente, Aloia López, abogada de Terraqui, y Sofía Garín, responsable de proyectos de inèdit, analizan los retos de la implementación de dicho reglamento para las autoridades encargadas de velar por su cumplimento y para las empresas afectadas, y apuntan por qué el ecodiseño puede ser parte de la respuesta.

El artículo resume algunas de las principales novedades del Reglamento 2022/1616, como por ejemplo que afecta a etapas anteriores y posteriores al proceso de descontaminación del plástico, por lo que incluye requisitos específicos para los gestores de residuos dedicados a la recogida y pretratamiento de residuos plásticos, los transformadores de plástico reciclado, los explotadores de empresas alimentarias y para los minoristas de materiales y objetos de plástico reciclado que aún no estén en contacto con alimentos. Según las autoras del artículo, «el Reglamento 2022/1616, debido a su elevado contenido técnico, es una norma de gran complejidad interpretativa», por lo que está previsto que la Comisión Europea apruebe algunas orientaciones cuando se puedan valorar las primeras experiencias con la aplicación del Reglamento.

El ecodiseño facilitará su aplicación

Para López y Garín, el ecodiseño es «clave» para cumplir con el Reglamento y para facilitar su implementación y, con ello, asegurar la reciclabilidad de los envases y conseguir los objetivos de recuperación de plástico reciclado. En primer lugar, la elección de materiales es fundamental para garantizar la reciclabilidad de los envases. Además, pensar en el diseño de partida puede ayudar a encontrar un proceso de reciclado fácil de llevar a la práctica y sin necesidad de iniciarse en el desarrollo de una tecnología novedosa. Para ello, es necesario implementar soluciones como envases monomateriales y eliminar tintas y adhesivos. «De esta manera, garantizaremos la circularidad del material y, además, simplificaremos los procesos de recuperación, tanto a nivel tecnológico como a nivel administrativo en función del nuevo reglamento», señalan las autoras.

Como reflexión general, el artículo concluye que «es remarcable la alineación cada vez mayor de la normativa con la visión del ecodiseño, que marca el ciclo de vida completo como pilar fundamental para garantizar la sostenibilidad y circularidad de los productos y, en este caso, de los envases».